lunes, 18 de marzo de 2013

Capítulo I.

1 de diciembre de 2167, 06:30.
Bip, bip, bip...
Apago el despertador de un manotazo y me incorporo: parece un día como cualquier otro, pero hay algo distinto. Un nerviosismo colectivo por los resultados del Proyecto Éxodo flota en el aire como una bruma matinal. Habrá gente que no quiera ir lo sé, yo mismo no querría, pero también hay gente deseosa ir a otro planeta y formar parte de la expansión de la raza humana por el universo.
Mientras me ducho, desayuno y me visto, pienso en el proyecto: cada país podrá enviar una nave-arca con capacidad de diez mil personas. No es mucho, pero una cantidad más alta de personas requeriría un nivel de energía que no podrían mantener más de diez años en hibernación, y las naves no están preparadas para hacer vida en ellas.
En cada una hay los materiales necesarios y comida suficiente para mantener a todos sus ocupantes durante un par de años, pero la energía ha sido lo que nos ha traído de cabeza todo este tiempo. ¿Qué quién soy yo? Soy el hijo del doctor Marvin Spencer, el creador de la idea de la nave-arca. Mi nombre es William Spencer, y he seguido el legado de mi padre, que nos dejó hace seis años, enfrentándome a cada retraso y reto que nos surgía. Al menos, hasta hoy.
Ahora, bajo mi mando, el proyecto ha finalizado, y esta misma noche, anunciaremos quienes son los afortunados que entrarán en los anales de la historia de la humanidad como colonos de otros planetas.

Dicen que me parezco mucho a mi padre, aunque no se si eso es cierto, siendo yo alto y rubio cuando mi padre era más bien bajito y moreno. Saqué los genes de mi madre, natural de Suecia, incluso tengo sus ojos turquesa, aunque de poco me ha servido eso con las mujeres. Todas ellas terminan dejándome por mi entrega total al trabajo que realizo. Creo que no se dan cuenta de que intento darle una segunda oportunidad a la humanidad.
A pesar de que tengo dinero suficiente como para vivir en una mansión, vivo en un pequeño apartamento en el centro de la ciudad de Nueva York, cerca de la sede del proyecto. Hoy, como todos los días, salgo del edificio y cojo el metro.
Bajo tierra está casi tan abarrotado como sobre ella, pero el agobio es mayor. Los trayectos son cortos, por la velocidad del tren, pero no hay asientos. Todas las mañanas veo gente sentada en las escaleras que dan al piso superior del vagón, o apoyados en las paredes, medio dormidos y me alegro de mi capacidad para sacudirme el sueño de encima.
El transporte en vehículo privado se prohibió hace más de treinta años, lo que llevó a las empresas que los fabricaban a la bancarrota. Y así habrían permanecido, de no ser porque les ofrecimos construir el chasis de las naves-arca.
Tan grandes como el propio Central Park, y el doble de altas que el Peace Simbol de Pekín, la mayor estructura jamás construida con más de 1400 metros de altura, cada nave-arca, además de los pasajeros, guarda ya todo lo necesario para que el proyecto salga adelante.
Del apartado tecnológico se encarga Verian Tecnologies, la empresa líder en equipamiento para naves estelares. Aunque no hayamos salido más allá de nuestro sistema solar, hemos constatado el alto nivel de calidad de todo su equipamiento, por eso les elegimos. Del apartado de las cápsulas de éxtasis para la hibernación se encarga Criotec, formada a finales del siglo XXI, empresa líder en su sector.
Desde sus inicios, este megaproyecto relanzó la pobre economía mundial, sumida una vez más en una gran crisis económica. La cantidad de gente que trabaja en algo relacionado con esto es inmensa; me atrevería a decir que millones de personas trabajamos para dar forma a este proyecto tan ambicioso y también miles de empresas fabricaban algo que necesitamos.
Esta mañana, vamos a discutir la plana mayor del proyecto, los términos finales que debemos llevar a cabo. Aunque sea el jefe del proyecto de los Estados Unidos, tengo gente ante la que responder, y suelen ser muy impacientes con estos temas.
El edificio Rasher, sede del proyecto, fue la vanguardia en cuanto a nivel de seguridad, apenas necesitamos unos pocos guardias; todo es automático: desde los escáneres situados en cada puerta de acceso al edificio, tanto fuera como dentro a lo paralizadores electroestáticos, los cuales si detectan una amenaza, crean un campo alrededor del sujeto que lo inmoviliza por completo.
En cuanto a los guardias, van equipados con armas de última generación. Las antiguas armas de detonación se quedaron obsoletas hace años, reemplazadas por nuevas armas, basadas en energía. Armas como el fusil Gauss, que lanza a través del cañón una bala de wolframio a altísimas velocidades, convirtiéndola en plasma, o la pistola Shockwave, que concentra energía, despidiéndola y destrozando aquello que toca; otra proeza del ser humano.
Resulta obvio que solo el ejército y personal de seguridad son los únicos que pueden portar y usar estas armas tan letales, aunque siempre aparece alguna en el mercado negro. Y aunque está prohibida la posesión de armas de energía para los civiles, eso no se aplica a las armas convencionales. Distamos mucho de ser una sociedad perfecta.
—Buenos días doctor Spencer, la señorita Rousseau le espera en su despacho—me informa la chica de recepción, muy guapa ella.
—Gracias Michelle. Veo que hoy llevas los ojos verdes, te sientan muy bien—digo mientras recojo la carpeta con las actividades del día que ella me tiende.
—Muchas gracias doctor—dice, sonrosándose, coqueta—. Su invento funciona a las mil maravillas, da ¡gusto poder elegir que color llevar como quién elige que ropa ponerse!
Sonrío cortesmente y subo rápidamente al ascensor, el cual me lleva en un abrir y cerrar de ojos a la planta donde se encuentra mi despacho, el cual, a decir verdad, no suelo pisar mucho: soy un hombre de laboratorio, no de traje y corbata.
Monique Rousseau es la “gran jefa”, o al menos, muchos la llaman así. Ella es la que dirige la empresa encargada del proyecto, y para la cual trabajo, Exodus. Fue creada con el propósito de dar una base consistente al proyecto de los Estados Unidos, y ha terminado siendo una de las mayores empresas de naves de nuestra historia. El tema del día probablemente sea la conclusión de nuestro trabajo conjunto, y mi consecuente incentivo por ello.
—Buenos días señorita Rousseau—digo mientras las puertas de cristal se abren automáticamente a mi paso—. Disculpe el retraso, pero no contaba con que me estuviese esperando.
—No se preocupe doctor Spencer, he venido aquí solamente para comunicarle una importante.
—¿Y qué puede ser tan importante como para que la presidenta de Exodus se presente en mi despacho? —pregunto con mucha curiosidad.
—Su futuro, doctor Spencer. Hemos decidido que usted debe liderar la Fénix; como aconsejó, la nave partirá hacia la Gliese 581, a veinte años luz de aquí. Su objetivo es el planeta que usted denominó como Novus.
Un escalofrío me recorre la espalda; pasarme metido en un congelador más de cincuenta años no es mi plan. De pronto, no tengo palabras, no sé que responder.
—Doctor, entiendo que le resulte difícil asimilar la idea, pero no piense que se lo estoy ordenando, más bien se lo pido. Un científico de su nivel es lo que necesita una colonia tan lejos de nuestro hogar—dice. Me esta soltando un discurso aprendido de memoria, márketing para los inversores—. Su ayuda puede hacer prosperar ese planeta, y enseñarles como deben estructurar una sociedad en base a las pautas que dio el filósofo James Hughes en su libro “Nuevo planeta, nueva vida”. Digamos que usted sería el presidente de la nueva nación que surja—vaya, ahora me soborna. Esto se está poniendo interesante.
—Me está pidiendo que me embarque en una misión, en la cual se supone que los participantes son elegidos por sus genes ¿y a mi me elige a dedo? —pregunto, estupefacto.
—No le elijo a dedo, le repito que se lo estoy pidiendo. William, eres nuestro seguro de que el Proyecto Éxodo salga bien—me asegura, pasando a tutearme—. ¿Quién sabe que personas van a subir a bordo? Desde jóvenes estudiantes a gente sin hogar, cualquiera puede entrar—añade, paseándose de un lado a otro, sin parar—. No podemos permitirnos tirar los cientos de miles de millones que ha invertido el gobierno de los Estados Unidos en esto—concluye.
El dinero, siempre el dinero. Rousseau no es más que una burócrata, y a los de su clase es lo único que les importa.
—¿Y qué pasaría si me niego? ¿Me obligarían a ello?
—Si es necesario, sí."

Veamos que os parece!! 

viernes, 15 de marzo de 2013

Vorágine.

Hola a todos! Últimamente he tenido esto bastante abandonado por circunstancias de la vida, entre unas cosas y otras no he podido postearos algo.
Ahora, a causa del insomnio, pues me decido a comentaros un poco como marcha todo.
La historia del libro avanza a pasos agigantados, unos días más que otros, pero como se suele decir, sin prisa pero sin pausa.
Cada vez me voy acercando más y más a este mundillo que es el de la escritura, y veo que hay gente con talento para ello que no se decide a seguir adelante. Desde aquí les doy mis ánimos para que lo intenten, que se adentren en este viaje de autoconocimiento y porqué no, también para crear historias que algún día llegarán a leerlas miles de personas.

Y como cierre, os dejo con una frase que se me ocurrió en el transcurso de la historia, y que tal vez podamos llevarla a la vida real:

"Si te implicas emocionalmente, solo te dará problemas a la hora de tomar decisiones difíciles. Así es la guerra, debes ser frío y no sentir." -Venerable.

Un saludo a todos, y hasta la próxima!! 

Pd: Hay nueva entrada también en la sección personajes.

jueves, 14 de febrero de 2013

¿Por qué escribir?

Hoy voy a contaros el porqué decidí dedicarme a la escritura.

Desde pequeño siempre he tenido gran imaginación a la hora de idear historias o mundos en los que los personajes combatían contra sus enemigos. Eso era cuando era un chaval de no más de diez años.
Más tarde, en la época del instituto, no terminaba por decidirme sobre que quería dedicarme a hacer y sin tener muy claro si hiciese lo que hiciese me valdría para algo.
Hace aproximadamente dos años, cuando terminé formación profesional, una mala noche que tuve con pesadillas incluidas (en ellas hacían daño a alguien a quien quería locamente) me dieron la idea para escribir una historia sobre ello.
Como ya sabéis nadie nace sabiendo, asique mis primeros escritos dejaban mucho que desear tanto a nivel de calidad como de historia. No por ello me rendí, y seguí intentándolo, hasta que perfeccioné mi técnica y supe darle ese toque que necesitaba.
Ahora me siento frente al ordenador y la historia se escribe ella sola, no me cuesta como en mis comienzos en esta andadura.
Como me dijo un gran amigo mío, la escritura es una manera de conocerte a ti mismo. También añadió que siempre pones algo de ti en tus personajes, y que al final terminas cojiendo tu algo de ellos. Lleva razón en esto también.

En resumidas cuentas, quiero dedicarme a esto por mi imaginación y ganas de que los demás podáis leerlo con las mismas ganas que yo escribo.

Sin nada más que contar por el momento, me despido de vosotros hasta la próxima entrada. Gracias por estar ahí. Un saludo!

Motores en marcha!!

Después de cerrar ciertos temas que tenía pendientes y centrarme (que lo necesitaba) por fin podré comenzar a postear mis ideas aquí en el blog.
Os iré contando las peripecias y dolores de cabeza de los protagonistas, así como los lugares en los que transcurre y demás.

En la siguiente entrada, os escribiré una idea sobre lo que trata "Proyecto Éxodo" y todo lo que rodea a ello. Hasta entonces, un abrazo!

viernes, 25 de enero de 2013

Mis inicios.

Bueno, pues aquí ando, creándome un blog para ir comentando todo lo relacionado con mi proyecto. Tal vez salga bien y un día lo tengáis entre vuestras manos, o tal vez quede guardado en un cajón cogiendo polvo.
Sea como sea, no me rendiré, asique vamos a dar el todo por el todo. Un saludo de parte de un creador de historias.

José Luis.